
THE NIGHT OF THE HUNTER
La noche y el cercano chillido de mi ropa tendida.
Una jaula abierta y tres plumas verdes de un papagayo.
Bajo mi lecho hay un lago,
un lago espeso que no me hunde.
El agua me da miedo y, a esta hora,
se confunde con la tinta de un calamar.
Y el silencio.
En noches de silencio exacto
se perfila en mi ventana
la sombra de un predicador.
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