LOS LOROS PELMAZOS
Abierta está la olla.
Matad a estos dos loros
con cianuro y durazno.
Desnucadlos con ritmo
en mi tabla sonora.
Extraed bien sus ojos
de rencor asesino
y haced volar sus plumas
de falsa alejandrita.
Qué pena los loritos,
muertos en la cocina,
qué fanfarrones eran
y qué reiterativos.
Un estorbo concluso
de mal agüero verde.
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